Mi libertad

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miércoles, 3 de junio de 2009

Mr. Obama, Usted cayó en una Secreta Emboscada

Una vez mi sabio tío Samuel, quien era negro, me dijo: "Si un blanco le da un regalo a un negro, es porque ese regalo está envenenado." Recordé mucho esa frase un mes antes de las elecciones cuando ya estaba seguro que el señor Obama ganaría. Si usted quiere lo cree, pero yo me precio de conocer a fondo las maneras en que los jefes del quebrado imperio, mueven sus fichas. Por eso, un mes antes ya estaba seguro de ese programado triunfo. Sin dudas que Obama posee muchas cualidades, y podría añadir que hasta tiene buenas intenciones. Quizás por esas mismas razones fue que cayó en esa secreta emboscada. Voy hacer un pequeño paréntesis: ¿Saben cómo se escribe emboscada en Inglés? Con estas dos sílabas: "Am bush". Literalmente se podría traducir como: "¿Soy Bush? ¡Qué curioso, verdad¡ Debió ser un mensaje en claves que los dioses les enviaban a Mr. Obama. Si desea ver el video "Eve of Destruction" (En vispera de la destrucción) presione aqui en video

Ingenuamente Obama luchó por algo que muchos creen es un gran premio, pero en realidad, es un blanco regalo envenenado. Cuando se combinan ambición y ansias de poder, incluso si uno es una buena persona, fácilmente puede quedar ciego. Estoy casi seguro, que el electo presidente guardaba dentro de su corazón cierta sospecha del desastre que encontraría si ganaba. Pero pudo más el honor pasajero del cargo, que las visibles y amplias posibilidades de un tremendo fracaso. También estoy seguro que él no conocía a fondo la realidad económica que tiene al borde del colapso a este llamada Potencia. A él le dijeron la verdad de lo que le esperaba una semana después de ser electo. Fue entonces cuando despertó de su ilusión.

Jamas imaginó cuán inmenso el desastre era. Solamente tiene dos semanas que le entregaron esa pesadísima carga y "su triunfo" ya le sabe amargo. Su felicidad le duró apenas unos días. Y lo que le viene lo hará arrepentirse con lágrimas en los ojos. Si no me cree, trate de observarlo atentamente y verá toda la preocupación que su rostro refleja. Pero si la crisis económica es desproporcionada y está fuera de cualquier control o medida, la moral, esa descomposición social, esa devaluación de los valores humanos, le garantizo, que es peor. Ahí únicamente el dinero, los vicios y las armas tienen valor.

No piense que soy uno de esos amargados que desea el fracaso de Obama. Al contrario, pero la realidad es la realidad. Y como la conozco a fondo, le aseguro que aún me quedo corto. Pronto sabrá que esto es absolutamente cierto y muy doloroso. Me apena y molesta mucho que haya caído en esa gran emboscada tendida por el pequeño grupo que maneja y manipula todo en el imperio, quienes al verse quebrado y derrotado, ahora pretende presentarse como muy liberal permitiendo el triunfo de un "medio negro".

Cuando en 2001 las torres fueron demolidas por los aviones de quienes las construyeron, todo el mundo, especialmente los medios de comunicación, empezaron--como pericos--a repetir la misma historia que la televisión norteamericana les estaba enviando. Y esos "famosos" analistas escribían sus artículos explicando las profundas razones por las cuales eso le había pasado al gran poder imperial que todo controlaba alrededor del mundo. Sólo que esos analistas cometieron un gran error: Sus análisis estaban basados en lo que la televisión norteamericana propagaba. Sin embargo nunca se detuvieron un segundo y se preguntaron: ¿Nos están diciendo la verdad? En lugar de eso, todos entraron en el mismo juego, y todos cometieron el mismo error en sus "análisis". Un error que nunca cometí, porque los conozco. Sé como tiran sus barajas.

El día de "los programados atentados", estaba yo viviendo en la ciudad de México; llego a mi casa procedente de la universidad a las 3 p.m., prendo la TV, y veo las imágenes de esas Torres cayendo. Realmente me sorprendí. Al principio no comprendí qué representaban esas caídas. Pensé que era un chiste. Luego sale un presentador, fingiendo tristeza, y dice que las famosas torres habían sido derribadas por "terroristas musulmanes".

Créame que seguí pensando que todo era una broma. Entonces decidí cambiar de canal, y en el próximo encontré las mismas torres cayendo, y otra vez otro presentador que repetía las mismas acusaciones contra los terroristas musulmanes. En ese momento, me dije: ¡Ahora entiendo; conozco ese viejo truco! Puedo garantizarle, con mis rodillas dobladas, que nunca creí esa fantástica historia. Al siguiente día escribí un artículo en el que negaba esa difundida noticia que atribuía el derribo de esas torres a unos pobres terroristas musulmanes.

Pocos días después, fui entrevistado en ABC radio, en Mexico. En esa entrevista expliqué lo que consideraba eran las verdaderas razones por las cuales esos atentados habían sucedido y quienes estaban detrás de ellos. Les expliqué que las causas verdaderas eran economías, no ideológicas ni religiosas; que la profunda crisis que el imperio había escondido por años, estaba ya pidiendo con urgencia una solución, sin importar el precio. Y añadí: quienes dirigen el imperio tantearon varias opciones, pero al final creyeron que demoler sus torres sería el que provocaría el mayor impacto alrededor del mundo. Y Además, les abriría más posibilidades y razones para tomar cualquier paso en la dirección más conveniente.

¡Sin embargo, calcularon mal! Y es que lo hicieron bajo la presión de las billonarias e impagables deudas, y empujados por la desesperación. Y fallaron porque escogieron un blanco, que a decir verdad, no conocían. Pero pensaban que sería otra Panamá. Y ese fue un tremendo error. Subestimar al enemigo es el peor error que alguien puede cometer; desconocer sus tácticas de pelea es el camino más corte hacia la derrota. Pero no se asombre, una de las cualidades del imperio es confiar en la fuerza y no en la inteligencia. Por eso hoy la derrota y la quiebra le persiguen.

Con una simple lectura acerca de la idiosincrasia y la historia de los pueblos musulmanes se habrían dado cuenta que ellos están psicológicamente preparados para morir en cualquier momento; que la fuerza de sus creencias los lleva a pensar que su Dios los estará esperando si mueren peleando en su nombre y por su causa. ¿Cómo pudieron, Bush y sus consejeros, ignorar este importante punto? Sencillamente confiando en su poderosa maquinaria de guerra y en comprar a los que siempre se venden. Ahora no encuentran como salir de ese laberinto.

Por sus cabezas jamas pasó la idea de tener que enfrentar esa feroz y decidida resistencia de un pueblo pobre, al que supuestamente Los Dioses del Norte los liberarían de un cruel Faraón. Hoy a los jefes imperiales la frustración y los ataúdes los persiguen como si fueran agentes del FBI. ¡Estar al borde de otra derrota, debe ser triste! Motivados por ese cúmulo de errores, (guerras perdidas y deudas impagables), ahora que todo se les está derrumbando, ¡ahora sí, ahora elijamos a un médico "negro" para que nos alivie este incurable cáncer y nos quite un poco de lodo!

¿Se acuerda de aquella vez cuando le dijo a su morena esposa que ella no pertenecía a su clase, que no era muy inteligente, y que por esas razones la abandonaba? Se mudó con esa mujer especial, que pertenecía a su clase. Pero después, ella lo engañó, le fue infiel, y gastó todo su dinero viajando y comprando lujos inútiles, y además, se fue con otro hombre porque no lo quería y porque usted estaba en bancarrota. Ahora usted no tiene dinero ni donde vivir, y sin remordimientos, decide regresar a la casa de su ex esposa para que ésta le ayude a rehacer su vida espiritual y financiera. ¿Lo recuerda? Eso mismo es lo que planean hacer los asustados millonarios de la ex potencia al permitir el triunfo de Mr. Obama.
Quieren que un presidente negro les arregle su destruida vida espiritual y financiera. Por eso, y sólo por eso, ellos dieron luz verde para que el Sr. Obama fuera elegido para dirigir a su quebrada nación. ¡Claro, ya sé que está diciendo que fueron las personas, las masas, el libre pueblo, que votó por Obama y le dio ese increíble triunfo. No soy MANIPULABLE. Le puedo asegura que Mr. Obama jamas habría ganado esa elección si el imperio no estuviese en una completa bancarrota. Imagine que tiene un carro viejo con el motor dañado y ya no desea luchar más con él. Usted tiene un vecino pobre, al que casi odia, pero para hacerle creer que lo estima, le regala ese irreparable carro. Después se tira en su cama, y alegremente le dice a su esposa, ¡Al fin salí de esa problemática chatarra!, y se ríe.

Puede creerlo o no, pero si a esos millonarios le hubiese interesado destruir al candidato negro, lo habrían hecho más fácil de lo que usted pueda soñar. Ellos tenían el dinero, los medios de comunicación....y los secretos de Obama. Pero ocurre que con Obama, estos maquiavélicos jefes, están jugando su "penúltima carta", (la última será lanzada cuando el plan Obama falle).
Cuando ese experimento fracase, (sus posibilidades de éxito son 3 contra 97), lanzaran su última y arrolladora carta, la cual será destructiva. Pero además, con Obama de presidente están matando dos aves con la misma bala. Le juro que daría mi fortuna para que el doctor Obama pudiera salvar a este paciente carcomido por ese incurable cáncer.

Sin embargo, tengo que admitir que la realidad (la crisis) es mucho más grande que mis buenos deseos. Nadie, ni aun los dioses, podrían parar esa inminente caída. Piense un minuto y dígame en qué lugar del planeta están los recursos necesarios para levantar ese pesado elefante blanco. ¡Imaginaron que en El Medio Oriente, y ya usted ve! Desde 1996 me di cuenta qué futuro le aguardaba a ese derrochador pueblo. Ese año leí todas sus estadísticas, no solamente las que reflejaban su economía sino también las que pintaban su descomposición social, y me quedé paralizado. Y pensé: una nación, ¡no importa lo grande que sea!, no puede durar muchos años con estas extravagancias y desviaciones.

Ni un negocio, ni una persona, y mucho menos un país, puede consumir, gastar y derrochar más de lo que produce por décadas...y no quebrar. No hay que ser inteligente para descubrir eso. Teniendo este simple razonamiento presente, fue que a los tres minutos de ver y escuchar del derribo de Las Torres, y del cuento de los atentados terroristas, me di cuenta al instante de los secretos motivos detrás de esas acusaciones. Y predije: le quedan, como mucho, diez años para que definitivamente se desplome. Solamente quedan unos tres años, y no voy a cambiar ese pronóstico.

¡Por favor no piensa que este es mi deseo! Solamente estoy pronosticando basado en hechos. "Se cosecha lo que se siembra". ¡Ayer plantaron eso, hoy están recogiéndolo! Con tristeza lo digo: ese autobús caerá desde ese puente, no por culpa del conductor, sino porque los frenos están sumamente gastados, no agarran, ya no funcionan y la gasolina ya se le agotó. Mr. Obama se sacó, lamentablemente, la rifa de un blanco, pesado y hambriento tigre que posiblemente lo devore a él también muy pronto. Y eso me acongoja...y hasta me enfada. Le tendieron una secreta emboscada, y cayó. ¿Conoce usted algún excelente médico que haya salvado a un paciente con cáncer terminal?